Poderío y grandeza.
La cita de los más laureados


La media maratón de Bogotá se ha convertido en sus primeros años, en una pasarela, en la alfombra roja por la que el atletismo mundial con su medallistas olímpicos y mundialistas han desfilado exponiendo su grandeza, la misma que sea visto enriquecida en algunos de los casos pero en otros opacada ante las grandes expectativas generadas por los lauros con los que han llegado y los que han recogido en sus cortas o largas carreras por el mundo.

No solo las medallas en estas citas orbitales nos permiten hoy decir que por la media maratón de Bogotá se han paseado estelares del fondismo mundial: gigantes de las calles y pistas del mundo que han sido aprestigiados en las maratones y medias maratones de las legendarias Boston, Londres, Berlín, New York o Chicago, han venido hasta Bogotá para ratificar su potencialidad y hoy son la mejor referencia para muchos que en sus calendarios quieren incluir a la capital colombiana, como prueba de prestigio que quieren ganar y así adornar su galería de los mejores trofeos del mundo.

La organización, internacionalización, promoción, la exigencia técnica muy competitiva y el mito de los 2.600 metros de altitud a los cuales se encuentra ubicada la ciudad de Bogotá, son atractivos que cada año tienen en cuenta los más brillantes corredores del mundo para finalmente apetecer y decidir su presencia en Bogotá.
Llegaron hasta Bogotá para ratificar su poderío mujeres como Catherine Ndereba, de Kenia, doble medallista de oro de maratón en los Campeonatos Mundiales de Atletismo (Paris 2003 y Osaka 2007), medalla de plata en las maratones de Atenas 2004, Beijing 2008, y primera mujer en ganar cuatro veces la Maratón de Boston quien enriqueció su historial con la victoria en la mmB 2006.

Susan Chepkemei, de Kenia, tres veces medalla de plata en los Campeonatos Mundiales de Media Maratón (2000, 2001, 2002) y bronce en el Mundial de Cross Country (2000) tuvo el honor de ser la primera mundialista que fue capaz de ratificar su poderío y ganar la mmB, con el plus de que la corredora africana marcó nuevo record para la competencia, con 1:10:29 en el 2003, marca vigente hasta el día de hoy.

Entre los hombres Geoffrey Mutai de Kenia, el hombre más rápido de maratón (2:03:02 Boston 2011) vino venció nos dejó la elegancia de su tranco y además el record de la carrera con 1:02:20 y luego fue a New York para ganar esta mítica maratón.

La medalla olímpica que entre las mujeres se exhibió por primera vez en Bogotá fue la de Joyce Chepchumba, de Kenia, quien ganó en el 2004 la mmB luego de un historial de lujo que incluía la medalla de bronce en los 42k de Sydney 2000 y además victorias en las maratones de Tokio, New York, Londres y Chicago.
Fabiano Joseph, de Tanzania campeón mundial de media maratón en el 2005 y quien ya había subido al podio orbital por los bronces en 2003 - 2004 se presentó en Colombia como el campeón mundial para recoger los honores de Bogotá en el año 2006.

Los medallistas de plata y bronce en la maratón de Londres 2012 Priscah Jeptoo y Wilson Kipsang, ambos de Kenia, vinieron a Bogotá para ser sol y sombra en sus propios palmares y mientras Jeptoo brilló quedándose con el trono en el 2013, a Kipsang se le convirtió en una jornada gris alcanzando apenas la cuarta posición recuperando a los pocos días su brillantes batiendo el record mundial en la Maratón de Berlín (2:03:23).

Las tres más grandes decepciones de grandes figuras en la mmB están en las participaciones de Christopher Isegwe, de Tanzania, plata en la maratón de los Campeonatos Mundiales de Helsinki 2005, que tan solo logró llegar en la casilla 19 en la mmB 2008; Isabella Ochichi de Kenia, plata en Atenas 2004 en 5 mil metros, quinta en 2013 y quizás la más resaltante, Zerzeney Tadesse, de Eritrea, campeón del mundo de media maratón entre 2006 – 2009 y 2012, bronce en Atenas 2004 en 10 mil metros, plata en Berlín 2009 en 10 mil metros quien corrió en el año 2010 y se retiró en el kilómetro diez, demostrando que los poderosos también pueden caer ante la reina de las medias maratones en altura.
Así ha avanzado, en medio de la gloria y la derrota, una enorme historia para grandes campeones mundiales y olímpicos y vencedores de otras grandes carreras del mundo.

Por eso en este registro histórico incluimos a otros que con su presencia han hecho de la media maratón de Bogotá un evento con grandes hombres y mujeres que han brillado con luz propia y otros que igualmente se han visto abatidos por la gran exigencia de una de las medias maratones más importantes del mundo.

La historia de los grandes comenzó cuando el mexicano Dionisio Ceron, uno de los ilustres latinos de todos tiempos se convirtió en el primer medallista mundial en asistir a la mmB, tal y como le sucedió en Gotemburgo 95 plata detrás de Martin Fiz, en Bogotá también fue segundo detrás de su compatriota Armando Quintanilla.

La primera decepción de estelares en la prueba nacional llegó en el año 2001 cuando el tanzano Phaustin Baha busco lucir su presea de plata del Campeonato Mundial de Media Maratón 2000 y terminó décimo entregándose en el intento de figurar en la naciente mmB.

Para el año 2003 fue el indomable Patrick Ivuti, de Kenia, doble medallista de plata en los Campeonatos Mundiales de Cross Country, detrás de Paul Tergat (1999) y Kenenisa Bekele (2003) quien arribó tercero, cayendo ante el colombiano Alirio Carrasco y su compatriota africano Ben Kimondiu.
El primer medallista olímpico de la distancia agónica (42k) en pisar suelo nacional fue el brasileño Vanderlei de Lima, bronce en Atenas 2004. Previo a su viaje a Grecia este experimentado fondista escogió como último gran reto los 21k de Bogotá, donde tan solo logró llegar en cuarto lugar, para luego ingresar en la historia del atletismo mundial recibiendo la medalla Pierre de Coubertin por su deportividad en la maratón olímpica luego de ser atacado por el sacerdote irlandes Neil Horan cuando lideraba la competencia.

Paul Kirui, de Kenia, oro en el Campeonato Mundial de Media Maratón 2004 llegó a Bogotá un año después de su gran conquista y aunque expuso sus mejores dotes de corredor recio y aguerrido llegó segundo detrás de su compatriota James Kwambai.

Dos damas de las largas distancias en el mundo que sí lograron revalidar sus enorme poderío fueron las keniatas Pamela Chepchumba, bronce en los mundiales de 21k de 2007 y 2008, que llegó con la estala de campeona y a fe que lo consiguió en la mmB 2008, y Lydia Cheremoi, plata en el mundial de media del año 2004, quien esperó cinco años para venir a Bogotá y llevarse el trono mayor en 2009, con el plus de vencer a las encopetadas Catherine Ndereba y Pamela Chepchumba.

El sonriente Patrick Makau de Kenia, presea de plata en 21k en 2007 y 2008 asumió el reto de la mmB en el 2007 para llegar cuarto. En el 2011 estableció record del mundo en maratón 2:03:38.
Capítulo aparte merece Isaac Macharia, el hombre que se convirtió en el icono internacional de la mmB, quien llegó a Bogotá rodeado de juventud y sed de victoria en el año 2004 para sumar la primera de sus cuatro victorias, en nueve participaciones donde también sumó tres podio más.

Otros medallista mundiales en Bogotá, no menos importantes, fueron Emily Chebet, de Kenia, oro en los Campeonatos Mundiales de Cross Country en 2010 y 2013 quien fue tercera en la mmB 2011; Feyisa Lilesa, de Etiopia, bronce en el maratón del Campeonato Mundial de Daegu 2011 que fue segundo en el 2012 en la mmB; Dire Tune, de Etiopia, plata en 2010 y segunda en Bogotá; Peninah Arusei, de Kenia bronce en 2010, sexta en la carrera nacional.

Otros importantes nombres de grandes fondistas rodeados de poderosos guarismos, que sin ser medallistas mundiales u olímpicos, merecen ser reseñados en esta nota:

La seriedad de Deriba Merga de Etiopia, cuarto en la Maratón de Beijing 2008 y campeón de Boston 2009, apareció en Bogotá en el 2010 logrando ganar y en el 2011 fue segundo detrás de Geoffrey Mutai.

Marilson Gomes Dos Santos de Brasil, recordista suramericano de 5 mil, 10 mil y media maratón, registros conseguidos en 2006 y 2007, estuvo en la capital colombiana antecedido por sus gestas que lo titulan como el mejor de Suramérica, arribó a Bogotá en 2008, pero quedó por fuera del podio recibiendo el premio al cuarto lugar.