Alfonso Ospina

Colprensa



La primera vez que se corrió la media maratón de Bogotá me embargó la tristeza.
Como bogotano y amante de casi toda la vida de las carreras en calle, me pareció exceso de mala suerte que la nueva prueba me hubiera sorprendido viviendo en Cali. Al siguiente año vine a verla, acompañé su recorrido desde un carro de prensa y quedé encantado con la fiesta de corredores y espectadores. Por eso, para la tercera versión mi viaje fue para correr, lo que he seguido haciendo con frecuencia, más cuando desde el 2008 volví a instalarme en la ciudad. La mmB nos hace sentir ciudadanos del primer mundo, bogotanos orgullosos y deportistas de espíritu. La mmB es uno de los principales patrimonios de la capital, que nunca debemos descuidar y siempre debemos proteger.